¿Se puede amar a más de una persona?

Aldana Lichtenberger, PhD. @aldanalichtenberger

Nuevas formas de vincularnos, sin culpa ni guiones prearmados

Una pregunta que incomoda tanto como atrae.
Nos enseñaron que el amor verdadero es exclusivo, que si sentís algo por otra persona, entonces lo anterior no era real. Como si el corazón tuviera un solo asiento, una sola llave, una sola historia posible.

Pero en la vida real, no todo es tan lineal.
A veces amás profundamente a alguien… y también aparece otra persona que te mueve algo. O seguís sintiendo amor por alguien del pasado mientras construís una nueva relación. O te das cuenta de que no todos los amores son iguales, y que ninguno invalida al otro.

¿Es raro? No. Es humano.

Amar a más de una persona no siempre significa estar en múltiples relaciones a la vez. A veces es un duelo no resuelto, un deseo que no se apagó. Otras veces, sí: es la experiencia directa de vincularte con más de una persona con afecto, deseo o intimidad real.

Y eso puede ser bello, complejo o doloroso, según el marco en el que lo vivas:
¿Hay acuerdos claros? ¿Te sentís libre o en conflicto? ¿Lo que sentís va en la dirección de la vida que querés construir?

En la teoría del apego y en ACT entendemos que el amor no es un recurso limitado, sino una capacidad relacional. Lo que suele entrar en crisis no es el amor en sí, sino la estructura que tenías pensada para él.

Cada vez más personas se animan a decir:
“Siento algo por alguien más, pero eso no borra lo que ya tengo”.

No se trata solo de abrir la pareja. Se trata de abrir la conversación.
De revisar si el modelo relacional que heredaste se alinea con tus valores actuales.
De dejar de suponer que solo se puede sentir de una forma.

Monogamia, vínculos abiertos, poliamor, anarquía relacional…
Las etiquetas existen, pero no alcanzan para nombrar la experiencia real.

Lo importante no es elegir el modelo ideal, sino construir algo donde el deseo, el cuidado y la honestidad puedan convivir.

Sí, se puede amar a más de una persona.
Y también se puede elegir no hacerlo.
Pero que sea una elección, no una reacción.

Porque cuando los vínculos se piensan desde la conciencia, dejan de ser jaulas.
Y se convierten en espacio para crecer.

Flami